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Los principales usuarios son las industrias farmacéuticas y de alimentación, donde el diseño higiénico es de máxima importancia. Los mototambores son idóneos para esos sectores por su construcción herméticamente sellada, de acero inoxidable, todo-en-uno; las cintas de TPE, a su vez, son esenciales por su superficie lisa, homogénea, no porosa, que reduce la acumulación de suciedad y de microorganismos. Los diseños basados en estos componentes pueden usarse en entornos CIP (Clean in Place) y son conformes a HACCP y a las normas para materiales en contacto con alimentos del Reglamento UE 2020/45 (10/2011) y de la FDA; además, siguen las directrices de diseño USDA, 3‑A y EHEDG.
En palabras de Andreas Flies, Director de Ventas Unit Handling de Rulmeca, “La transmisión, según las líneas guía de Volta, usa un coeficiente de fricción bajo para evitar los molestos chirridos y crujidos de las cintas, y las ruidosas y bruscas pérdidas de ajuste que a menudo se producen en entornos de producción secos y refrigerados. Esto hace de ellos los únicos mototambores que también pueden usarse en entornos secos, lo cual significa que su uso no está sujeto a ningún tipo de restricciones”. Otras transmisiones o bien tienen diseños de acero inoxidable particularmente caros y pesados, o bien emplean un revestimiento completo de PUR. En ambos casos su funcionamiento en seco es más ruidoso, y el riesgo de que la cinta pierda el ajuste y “salte” es mayor.
La nueva polea de transmisión de PE1000 ha sido diseñada para ofrecer un ajuste ceñido que disminuye las posibilidades de acceso de los microorganismos; un tornillo de fijación impide el desplazamiento axial. Disponible en Rulmeca bajo pedido.